viernes, 4 de mayo de 2018

Siempre con el recuerdo de las victimas de ETA

Hoy, 4 de mayo, parece ser que ETA se ha disuelto. Daba vergüenza ver el acto profiláctico y saneado que se ha celebrado en una localidad francesa, donde unos mediadores internacionales, con cara de buena gente, pero me parece que bastante ignorantes de lo que acontecía, corroboraban el acto, junto a representantes de partidos políticos que nunca vieron amenazadas su filas.

Para firmar cualquier paz debe de haber dos bandos. Aquí había uno que mataba (secuestraba, extorsionaba....) y otro que moría, en el que cualquiera podíamos ser víctimas tan solo por pasar por ahí. ETA se ha disuelto porque la ley de un Estado de Derecho ha podido con ella y que, tras sesenta años, solo ha servido para generar muerte y destrozar vidas.; pues ni consiguieron la independencia, ni mucho menos la creación de un Estado Socialista.

Zaragoza sufrió dos sangrientos atentados. Dos lugares separados por apenas kilómetro y medio. A mitad de recorrido se encuentra el Balcón de San Lázaro. El 30 de enero de 1987 nos despertaron 30 kilos de amonal que hicieron temblar mi casa a las 8 de la mañana. Dos muertos; más de 40 heridos.

Más grave fue el despertar del 11 de diciembre de 1987. Poco después de las 6 de la mañana uno pensaba que la casa se le venía encima. Los asesinos de  ETA cometieron el atentado más sangriento de cuantos llevó a cabo en Aragón, matando en la casa cuartel de la Avenida Cataluña a once personas, entre quienes se encontraban cinco niñas y un joven de 17 años. Uno de los dirigentes de la banda asesina en esos momentos era Josu Ternera, el que leyó en el acto de hoy desde donde esté escondido desde 2003 (en 1999 elegido miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco con los votos de los partidos nacionalistas).


Guillermo Fatás, en su columna dominical de Heraldo de Aragón recordaba el domingo que entre 1960 y 2010 el 92% de los muertos por atentado terrorista fueron víctimas de ETA. Por eso es inaceptable la versión de que había dos bandos en guerra; además de que ETA tenía miles de cómplices, cosa que no ocurrió con el GAL, al que también se persiguió y juzgo. Más de 300 crímenes de ETA están sin resolver, entre ellos el de Manuel Giménez Abad, presidente del Partido Popular en Aragón y diputado en las Cortes Aragonesas, y los mismos que piden (con justicia y razón) aclarar los crímenes de una guerra y una posguerra de hace más de 80 años, piden pasar página. A lo mejor hay que hacerlo, pero sin adulterar ni cambiar eso que ahora todos definen como “relato”.





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