viernes, 22 de diciembre de 2017

Bernardo Sánchez Gálvez. Merito profesional por su incansable dedicación y servicio al barrio Jesús.



Entre las figuras relevantes que toda todo pueblo o barrio debía tener en la infancia que nos tocó vivir aparecía un párroco, un maestro, un guardia civil, un médico y un boticario. Nuestro barrio Jesús ha tenido de todo y más. Incluso algunos llegamos a conocer a un barbero-practicante que ejercía ambas funciones en el mismo local (y no estoy hablando de la posguerra, sino de los 70), siempre y cuando la necesidad no le obligara ir a tu casa.

El 20 de diciembre, la Junta Municipal El Rabal, concedió a Bernardo, nuestro farmacéutico del barrio Jesús, el galardón 2018 al Mérito Profesional por su dedicación y servicio al mismo.


No recuerdo si llegó a finales de los 70 o primeros de los 80, instalándose en la farmacia que quedaba vacante en el chaflan de la calle Juliana Larena con la calle Jesús. Hasta entonces el dispensario médico lo teníamos en el nº 7 nuestra calle, pero en cuanto abrieron el nuevo ambulatorio de Ebro Viejo la farmacia se fue a sus cercanías, cogiendo el testigo del local el joven Bernardo. Todo un hombre del Renacimiento que, además de farmacéutico tocaba el piano y al que no se le daba nada mal la pintura. 
Lo recuerdo con cariño, no en vano mi madre, con un poco de cara, nos metía en la farmacia y le decía.... " me los puedes cuidar un rato que tengo que......" Esto solo pasaba por las mañanas, porque por las tardes para cuidarnos  ya estaba el cine antes de que se convirtiera en Sala S (creo que a X nunca llegó). 

Bernardo, entre receta y receta nos hacía dibujos y caricaturas. Una de John Wayne decoraba mi dormitorio, y allí se quedó hasta que la demolición se llevó la casa. Sin embargo, por casualidad, conservo el cuadro que le regaló a Doña Elisa Navarro y que, sobre el piano, decoró durante los últimos años de actividad la sala de la escuela de danza. Curioso, al jubilarse la señora Elisa, como todos la llamábamos, Bernardo le compró el piano y yo me quedé con el cuadro.

Con el paso de los años la farmacia se trasladó a la avenida Cataluña nº 20, donde sigue ejerciendo su profesión y dedicación al barrio 40 años después. Se nos fueron los Mombiela y su VEGE, los Palomero y su carnicería, la mercería de Esperancita, el quiosco de Mariano, el de la ONCE, la Ilustración y la papelería Entaban, como antes la pastelería ADA, Blariz, todo lo que había en la calle Larena, Ediciones Sicilia..... y tantos otros. Por eso tiene merito lo de Bernardo, o BAGIL, los talleres RIGAR, o que se mantengan nombres como Fausto, la Piragua, Aparicio o Miguel entre otros nuevos y viejos que siguen dando vida al barrio.






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