La historia es por todos conocida. En mayo de 1981 los bomberos realizan un ejercicio para sacar de las aguas del pozo de San Lázaro el autocar que se hallaba sumergido desde diciembre de 1971. El autobus que me traía de la Laboral me acababa de dejar pasadas las 18 de la tarde en la avenida Cataluña, a la altura de los depósitos de la estación del Norte, frente a Alimentación de los Mombiela o la mercería de Esperancita. Corrí a presenciarlo. Por casa, por algún sitio, aún tengo un trozo de metal procedente del autocar.
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