Noticia aparecida en El Periódico de Aragón el 3 de septiembre de 2011, la cual transcribimos para nuestro blog.
Después de varias reivindicaciones vecinales, el
Ayuntamiento de Zaragoza exigió a la entidad bancaria propietaria (la Caja de
Ahorros de Bilbao Vizcaya) que adecentara el terreno para que dejara de causar
problemas a los residentes, al menos hasta que decidiera edificar en él.
Como respuesta, la empresa pidió la licitación de obras a mediados
de mayo y el ayuntamiento calculó que antes de final de año podrían comenzar
los trabajos, aunque hasta la fecha todo sigue igual. La inversión extra que
habría que realizar en este terreno, que por sus características tiene a
acumular grandes cantidades de agua, podría ser uno de los inconvenientes.
Ante el caso omiso de la compañía, el grupo municipal de CHA
solicitó ayer al consistorio que se ocupe de la limpieza de forma subsidiaria y
después "pasar la factura" a la entidad de estos servicios.
En el 2007 el terreno iba a ser el emplazamiento de un
futuro bloque de viviendas que nunca llegó a construirse porque en ese momento
se hallaron unos restos arqueológicos que estuvieron expuestos un tiempo hasta
que se decidió su importancia. Una vez cubiertos sobrevino la crisis económica
y el proyecto quedó aparcado hasta que la empresa vendió el solar a una entidad
financiera. CHA denuncia que esta última se ha desentendido del mantenimiento
de la zona.
La asociación de vecinos, y en especial los residentes de
los edificios anexos, protestan por la falta de respuesta por parte del
ayuntamiento zaragozano ante sus reivindicaciones. Varias viviendas, además,
tienen vistas a este terreno, por lo que se ven especialmente afectadas por la
suciedad y los olores, sobre todo en verano.
Los residentes aseguran que han planteado el tema en
numerosas ocasiones en la junta de distrito pero hasta el momento no han
obtenido soluciones. El solar requiere una fumigación, ya que es el nido de
insectos, la retirada de todos los desperdicios que los vándalos han arrojado
--se puede observar desde plásticos hasta sillas-- y el mantenimiento constante
para retirar periódicamente el agua de las crecidas del Ebro que queda
almacenada".